Como cualquier otra planta, la vid tiene su proceso de crecimiento, desarrollo (crecen raíces, tallos y hojas) y reproducción (se forman las flores y éstas se convierten en frutos). En cada una de ellos, se realizan unas prácticas agrícolas o labores de campo, que ayudarán a obtener uvas de calidad para la próxima vendimia.
A lo largo de estas fases, la vid está expuesta a ciertas plagas, enfermedades y riesgos climatológicos, que hay que vigilar en cada etapa del ciclo.
Ciñéndonos al hemisferio norte y concreto a la región en la que se encuentra Bodegas Virtus, en la Denominación de Origen Ribera del Duero, vamos a repasar todas y cada una de las fases del ciclo vegetativo de la vid, según las estaciones del año.


El invierno: la vid en estado vegetativo
Se produce lo que se llama la parada invernal. Comienza cuando se producen las primeras heladas, normalmente en diciembre, y termina en marzo, con la primavera. Las cepas se encuentran en estado vegetativo, durmiente, en reposo, la savia deja de circular por el interior de la planta y esta se protege del frío.
Durante la parada invernal, se realiza la poda en seco o de invierno, se recogen sarmientos y se eliminan las malas hierbas y se aportan al suelo los nutrientes necesarios, aquellos que ha perdido tras la vendimia, normalmente con plantación de cubiertas vegetales.
La poda en seco es fundamental para que la vid no crezca más de lo necesario; recordemos que es una planta trepadora. Y por otro, para dejar las yemas que se consideran suficientes para la próxima producción y para gestionar el rendimiento de nuestro viñedo.
Estas prácticas agrícolas se llevan a cabo entre enero y marzo.
Y entre febrero y marzo también se produce un fenómeno muy curioso: el lloro de la vid. A esto se suman labores de aireación y abonado de la tierra. Esto significa que la primavera está a la vuelta de la esquina.
¿Qué es el lloro de la vid?
Llega el momento de despertar. Las temperaturas comienzan a subir y la savia se reactiva el interior de la planta. La vid comienza a recibir nutrientes, mediante la absorción de agua y la savia se reactiva.
Brota la primavera
En esta época suele producir la brotación, el tiempo de cada añada marca, la edad de las cepas, el tipo de suelo o la altitud tienen influencia en la fecha.
Las yemas que podamos en invierno y que han llorado, comienzan a hincharse y aparecen los primeros brotes verdes. De ellos, surgirán los pámpanos y las primeras hojas.
La vid corre el riesgo de contagiarse de cualquier enfermedad o verse afectado por inclemencias meteorológicas en cualquier momento, pero en este momento se suele comenzar con los tratamientos fitosanitarios. En Bodegas Virtus no usamos pesticidas ni herbicidas, únicamente productos ecológicos.
Hasta que llega el verano, el pámpano crece y las nuevas hojas son las responsables de realizar la fotosíntesis: la savia bruta se transforma en elaborada y da lugar a los azúcares.
Durante abril y mayo se realizan otras labores como el despampanado y espergurado. Y a continuación, la poda en verde, aclareo y despuntes.
El despampanado, espergurado y desbrozado se llevan a cabo para eliminar exceso de brotes y aquellos que han salido desordenados. Este tipo de prácticas siempre buscan el equilibrio de la planta y ajustar los rendimientos de cada cepa.
Si se ha sembrado cubierta vegetal, como es el caso de las vides que trabajamos con filosofía en ecológico que rodean Bodegas Virtus, es buen momento para segar porque pueden convertirse en una competencia, más que en una ayuda al desarrollo de la vid, apoderándose, por ejemplo, de los nutrientes.
La poda en verde, el aclareo y los despuntes tienen un claro objetivo: la correcta distribución de los racimos. Se debe dejar una carga óptima por cada cepa y que los racimos estén correctamente aireados.
En primavera y principios de verano continúan los tratamientos fitosanitarios admitidos por el procedimiento ecológico para controlar las plagas de mildiu y oídio, o prevenir los efectos de heladas tardías o tormentas de granizo.