Viticultura biodinámica

Viticultura biodinámica Rudolf Steiner

La biodinámica se trata de una filosofía, una serie de prácticas agrícolas que van en consonancia con los ciclos lunares, las constelaciones… al ritmo del cosmos. Nada raro si consultamos las prácticas agrícolas de culturas ancestrales que ya vinculaban el trabajo de la tierra con la astronomía. 

Sin embargo, el concepto de agricultura biodinámica surge hace ‘apenas’ 100 años, en 1924, de la mano del filósofo austriaco, Rudolf Steiner, quien aseguró que “todo lo que está sobre la Tierra es en realidad solo un reflejo de lo que ocurre en el cosmos”.

Y fue María Thun, una joven alemana que se crio en una familia de agricultores, quien 30 años después diseñó el calendario biodinámico. Este almanaque detalla qué día es más recomendable para plantar, podar, sembrar, regar…

Pero vayamos por partes: qué es la agricultura biodinámica, cómo se aplica a la viticultura y qué es un calendario biodinámico. 

La agricultura biodinámica aplicada al viñedo

¿Qué es la agricultura biodinámica?

Se define como una corriente de la ecología que mantiene que la astrología, o más concretamente las energías cósmicas, intervienen directamente en las plantas.

La fase y posición de la luna, el astro más cercano a la Tierra, afecta a los seres vivos y los ritmos de la naturaleza. Un ejemplo evidente de ellos son las mareas.

Steiner bautizó como ‘agricultura biodinámica’ en 1924 esta filosofía, basándose en la idea de usarla para mantener el suelo vivo y que las plantas aprendiesen por sí mismas a defenderse de los posibles ataques externos, como plagas, y a autorregularse.

Pero también fue más allá de esta conexión y la asoció con el respeto a la tierra y el aprovechamiento de los recursos naturales. 

Además, está muy relacionada con los cultivos ecológicos, ya que se busca obtener productos saludables, es decir, sin tratamientos químicos y nutriéndose del propio suelo o con abonos, infusiones o preparados también de una manera natural. 

Uno de esos preparados, conocido y llamativo a la vez, es el 500. Consiste en enterrar durante el otoño, en la zona de cultivo, un cuerno de vaca relleno de estiércol sin paja y dejarlo así hasta la primavera. Ayudará a mantener nutrido el suelo y, por tanto, con vida.

La agricultura biodinámica aplicada al viñedo

Los vinos biodinámicos se podrían clasificar como vinos ecológicos, aunque bien es cierto que no disponen de una certificación ni regulación oficial como estos. 

Sin embargo, existe una empresa privada a nivel europeo, Demeter, que certifica que esos vinos son biodinámicos y que permite una excepción con respecto a las teorías de Steiner: este rechazaba el uso de sulfuroso, pero la certificadora lo acepta en determinados casos.

Llegados a este punto, debemos explicar que el grado de pureza o implicación en las prácticas de este tipo de agricultura va en función de cada viticultor. Al fin y al cabo, se puede llegar a considerar un modo de vida.

Algunas bodegas, como ocurre en el caso de Virtus, aplicamos algunas técnicas de la agricultura biodinámica en nuestras prácticas culturales. Por ejemplo, tenemos en cuenta los ciclos lunares para realizar la poda, con el fin de respectar los movimientos de la savia.

También tenemos en cuenta los ciclos lunares para decidir cuándo trasegar o embotellar.

El calendario biodinámico se edita anualmente desde los años 50, pero ya es más habitual utilizar su versión 2.0 y consultarlo en aplicaciones específicas para el teléfono móvil. 

¿Qué es el calendario biodinámico?

María Thun se crio en el campo y siempre advirtió cambios en los cultivos que mantenían en alerta a su familia agricultora, que iban más allá del propio clima. 

Finalmente, conoció los estudios y las conclusiones de Steiner y decidió recopilarlas y adaptarlas a una especie de guía práctica, que derivó en un calendario que se conoce como ‘calendario biodinámico’.

Según este anuario, existen los días raíz, hoja, flor y fruto. Cada uno de ellos es el más idóneo (o no) para las labores agrícolas: plantar o sembrar, regar, podar… depende de lo que se quiera conseguir y en qué hemisferio te encuentres. 

Así que no resultará extraño pensar que hasta esos días puedan incidir de una manera u otra en las percepciones que se obtienen al catar un vino.

Pero, ¿qué significa cada día, aplicado a la viticultura?

    • Un día raíz es apto para podar, pero el peor para catar.
    • Un día hoja es perfecto para regar porque suele aumentar la clorofila. Sin embargo, será mejor que no cates o solo algunos blancos de variedades con aromas vegetales, que se verán potenciados.
    • Un día flor es el mejor para catar y dejar a la viña que discurra su jornada naturalmente y sin intervención alguna.
    • Y el día fruta, ¡a vendimiar! También es adecuado para catar.

La ecuación es sencilla. Se basa en la posición de la luna con respecto a las constelaciones de tierra, agua, fuego y aire. Un ejemplo: en los días raíz, la luna se encontrará en las constelaciones de tierra (capricornio, tauro o virgo). 

Teorías y prácticas, cuanto menos interesantes, que pretenden confirmar la relación existente entre tierra, el cosmos, cómo influyen en los cultivos y en el ser humano. 

Se puede creer o no en la biodinámica, pero sin duda este tipo de agricultura es sostenible, saludable y si el influjo de la luna favorece el disfrute de un vino, consultemos el “calendario lunático” y brindemos en día flor.

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